LA COMA

 

 

Indica una pausa pequeña en el interior de una oración. Separa las categorías léxicas que poseen la misma condición sintáctica, salvo que vayan precedidas de las conjunciones y, o, ni: Los sentidos son vista, oído, tacto, gusto y olfato. Cuando la información principal se interrumpe momentáneamente con otra más breve, ésta se separa por medio de comas. No debe separarse por comas el sujeto del predicado en una oración.

 

Cuando se coloca al principio de la oración un elemento que debe ir detrás, como los complementos del verbo o una oración subordinada, se pone una coma al final del elemento que se anticipa, por ejemplo: Una vez descubiertos los mensajeros por César, mandó que sus emisarios fueran a su encuentro. Se puede omitir si el elemento anticipado es material léxico breve o de poca entidad como: En 1492 Colón descubrió América; aunque se incluye para enfatizar: En 1492, Colón descubrió América.

 

Es obligatorio su uso ante cualquier oración subordinada que anteceda a la principal, ante las subordinadas consecutivas (véase Oraciones adverbiales o circunstanciales) y entre las siguientes expresiones: por tanto, por consiguiente, ahora bien, sin embargo, no obstante y algunas más del mismo tipo. También se emplea para escribir cantidades decimales transcritas en cifras como 0,075, es decir, setenta y cinco milésimas.